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Foto del escritorguido Aguirre

Crear una relación más activa con los datos



¡La Data está viva! los datos que utilizamos cada día son una entidad viva que crece constantemente, evoluciona y crea nuevas conexiones, esta es la realidad a la que tenemos que empezar a adaptarnos porque al hacerlo se crea la ventaja que diferenciará a las empresas en un entorno cada vez más competitivo.


Creo que todos tenemos claro que los datos son el alma del trabajo y del ocio, sin embargo, hay que cambiar la mentalidad en torno a los datos como algo pasivo. El ritmo del mundo en el que vivimos requiere que las empresas tomen decisiones y actúen en el momento en que se produce un evento. Eso es sólo para permanecer en el juego. Para competir de verdad e impulsar la transformación y el valor se requiere la capacidad de tomar una acción inesperada. Es imposible hacerlo utilizando conjuntos de datos pasivos e históricos que residen en sistemas que no pueden desencadenar la acción. Las empresas necesitan pasar de un enfoque pasivo a uno activo de la inteligencia empresarial que capte los momentos de negocio.


¿Cómo lo hacemos?

Por un lado, tenemos la "acción informada" como el antídoto contra el veneno de la sobrecarga de información, del peligro de cegarse por el enfoque al tomar decisiones ante la incertidumbre radical y de cómo la inteligencia contextual es fundamental para un buen liderazgo. De igual manera los aprendizajes sobre cómo se pueden utilizar los datos para ofrecer "hechos que digan la verdad para ayudar a tener conversaciones incómodas" y "el riesgo moral de que la gente acepte los datos cuando ayudan a resaltar su punto de vista".





Establecer un canal de datos

El deseo de analizar los datos que impulsarán las ideas y la diferenciación competitiva es más antiguo que la propia informática. La digitalización sólo ha acelerado las cosas. El poder de los datos se entiende mejor que nunca, pero para muchos, aprovechar los datos, comprobar su calidad y aplicar el contexto para ayudar a la toma de decisiones sigue siendo un reto. Los CIOs informan de la fragmentación, la lentitud y los silos, incluso cuando la transformación digital se ha acelerado por la pandemia.


Pero hay motivos para el optimismo, en forma de amplias canalizaciones de datos modernas que impulsan la actividad y permiten una "Inteligencia Activa": la capacidad de actuar sobre datos fiables con un rico tejido de apoyo de contexto y colaboración para apoyar las decisiones correctas y tomar acciones informadas en el momento adecuado. Al montar procesos conjuntos, las empresas siguen el camino que va desde descubrir los datos hasta llevarlos a donde deben ir, gobernándolos a través de catálogos de datos, comprendiéndolos, aumentándolos y poniéndolos en uso a través de alertas y acciones sensibles al contexto tomadas casi en tiempo real.


El auge en los años 90 de las bases de datos que se ciñen al lenguaje de consulta estructurado (SQL) provocó un exceso de desarrolladores y especialistas y creó un boom de actividades de análisis. Pero el sucio secreto de SQL es que "es estupendo para mover datos, pero no para la analítica"; para el cambio, es necesario capturar los datos y sentar las bases de una cadena de suministro de analítica y un canal que se base en esto para permitir la Inteligencia Activa.


No se puede crear valor en ningún proceso empresarial a menos que se haga algo. Para que la analítica impulse el cambio, aumente los ingresos y los beneficios y permita la transformación digital, nada de eso puede ocurrir a menos que tomes medidas.


Los responsables de la toma de decisiones de hoy en día tienen muchas herramientas con las que trabajar, desde la enorme potencia de cálculo elástica de las plataformas en la nube y el Internet de las cosas, que genera datos de sensores que complementan las fuentes existentes, hasta las redes que llevan los datos al instante a los lugares donde se toman las decisiones.





Así que necesitamos sistemas que asesoren, trabajando junto a seres humanos inteligentes que entiendan el dominio del negocio, el contexto y el riesgo. Tanto si son progresistas, como si son defensivas; las decisiones deben tomarse rápidamente antes de que el contexto haya cambiado y el momento haya desaparecido. Si se aprovecha ese momento, el potencial es enorme.


No se puede exagerar la importancia de la velocidad y los primeros pasos. Debemos ser capaces de liberar los datos, encontrarlos y sólo entonces invertir en procesos de calidad de datos y añadir valor a través de datos aumentados sobre la marcha, para crear una base holística y contextual para las acciones.


Luego, por supuesto, debemos ser capaces de interrogar a los datos y construir perspectivas, yendo más allá de los cuadros de mando y añadiendo la comodidad e inmediatez del apoyo del lenguaje natural, para que los no especialistas puedan hacer preguntas y recibir respuestas sensatas sin ahogarse en la jerga. Para ello, los directores de datos se están convirtiendo en nombramientos populares, y los equipos de DataOps se están convirtiendo en la corriente principal; pero debe haber aceptación en toda la empresa para construir una cultura para el éxito de los datos.


Si reunimos esa cadena de elementos, empezamos a hacer realidad la promesa del análisis en tiempo real. En la práctica, puede que no siempre sea realmente en tiempo real, pero si puede tomar una decisión mejor y más rápida que su rival, estará cumpliendo la vieja promesa de las TI de proporcionar una plataforma de apoyo a la toma de decisiones auditable de principio a fin en la que se tomen grandes decisiones en un momento empresarial.


Durante demasiado tiempo, se ha luchado por conectar los puntos necesarios para un enfoque holístico de los datos y el análisis, pero hoy no hay excusa, ya que todos los componentes tecnológicos están disponibles. Ahora, corresponde a los líderes liderar. Muchas empresas han fracasado porque se aferraron al camino que les había llevado al éxito cuando deberían haberse dado cuenta de que se dirigían a un callejón sin salida. La parálisis por análisis es un asesino silencioso para la innovación y el cambio estratégico.





Hay que crear una cultura de confianza y demostrar que los datos tienen valor mediante repetidas demostraciones, debemos encontrar la manera de poner los datos en el centro del proceso de toma de decisiones y ser honesto sobre lo que se hace, incluyendo la comprensión de las propias suposiciones y sesgos ocultos.


Sintetizando todos los activos que tenemos a mano, podemos crear una nueva oleada de empresas con capacidad de datos que tomen las decisiones correctas en el momento adecuado; si combinamos lo mejor de las herramientas, los humanos y los robots trabajando codo con codo y utilizando el lenguaje natural para las interacciones. La Inteligencia Activa permite la acción correcta en el momento adecuado.


Fuente: CIO, Qlik

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