Desde su lanzamiento en diciembre de 2022, ChatGPT, junto con Google Bard y otros grandes modelos lingüísticos (LLM), ha sido objeto de artículos en las publicaciones más prestigiosas y en la televisión, ha acumulado millones de mensajes y debates en todo el mundo y ha provocado un giro de la noche a la mañana en la estrategia de ventas e inversión de muchas de las mayores organizaciones del mundo.
Empleados, accionistas, clientes y socios esperan que los líderes de las organizaciones respondan a las preguntas: ¿Cuál es su estrategia de IA? ¿Cuál es su estrategia de ChatGPT? ¿Qué significa esto para sus trabajadores?
Este es un momento crucial para el liderazgo. Los enfoques que funcionaron para crear una estrategia digital y una estrategia de datos no funcionarán esta vez, dadas las cuestiones más profundas que plantea esta tecnología junto con la atención mediática que ha recibido.
ChatGPT es una herramienta poderosa, y en el contexto del mercado imaginado como un tablero de ajedrez, es como un peón, capaz de ascender a una de las piezas más poderosas del tablero, pero sólo si se orquesta junto con el resto de las piezas.
Un LLM es sólo una pieza del consejo de administración
Comprender las capacidades de los LLM como una pieza del tablero es necesario para establecer una estrategia para el futuro de la organización, y se ancla en la cuestión de la autoridad.
En términos sencillos, estos modelos lingüísticos toman indicaciones como "Crear una estrategia de IA" y proporcionan respuestas basadas en cantidades masivas de datos que, a primera vista, son sorprendentemente convincentes.
En un segundo vistazo, sin embargo, destilan información que ya existe y la reformulan basándose en lo que "parece" que debería ser la respuesta. No tienen autoridad por sí mismos para dar una respuesta real.
Si un investigador publicara un artículo basado en años de investigación técnica y un estudiante sin experiencia técnica resumiera el artículo en cinco viñetas, el resumen podría ser exacto como reformulación del artículo subyacente, pero el estudiante no sabría si es exacto ni sería capaz de responder a preguntas complementarias sin volver atrás y citar algo más de la investigación que pareciera que podría responder a la pregunta.
La imagen de este artículo es un buen ejemplo. Fue generada usando "Stable Difusion" a partir de esta pregunta: "Una IA jugando ajedrez dentro de una mansión". La imagen generada parece un juego de ajedrez sobre un tablero de ajedrez, pero cualquier humano -ni siquiera un experto, sino cualquier humano que haya aprendido alguna vez a jugar al ajedrez- puede reconocer al instante que existen piezas extra.
Las aplicaciones prácticas en las que se pueden aplicar los LLM conservan la autoridad humana, como los sistemas en los que los expertos pueden interactuar con conocimientos institucionales archivados. Por ejemplo, si un ingeniero de redes pudiera describir un archivo concreto que sabe que existe pero del que ha olvidado el nombre y la ubicación, un LLM podría ayudar a proporcionar recomendaciones mucho más precisas que los sistemas anteriores.
El ingrediente clave para el éxito de la aplicación de estos modelos es que los humanos sigan siendo la autoridad para determinar si algo es exacto y verdadero, y que los LLM sirvan de aceleradores para que los expertos naveguen y generen información.
La estrategia no puede preceder a la visión
La respuesta a la pregunta sobre una estrategia de IA que aproveche al máximo todas las piezas del tablero empieza por la visión. ¿Cuál es el futuro previsto de la organización? ¿Cuál es el futuro previsto y deseado del mercado?
La respuesta inevitable que viene a la mente de muchos es investigar tendencias o recopilar datos. ¿Qué dicen Gartner o IDC sobre el futuro?
Estos recursos y prácticas son valiosos y tienen su lugar, pero la responsabilidad de establecer la visión para el futuro de la organización no puede externalizarse, y no debe ser una reacción a una tendencia hipotética prevista por otra persona sobre la base de las inversiones que otras organizaciones están haciendo.
Los líderes deben empezar con la pregunta difícil pero esencial de qué futuro quieren crear para su gente, sus socios y sus clientes, y luego trabajar hacia atrás hasta el presente como punto de partida. Este proceso aclara qué inversiones deben hacerse para crear ese futuro, con los LLM y otras tecnologías sirviendo no como base de la estrategia, sino como poderosas herramientas que hacen posible la estrategia.
Fuente: CIO
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