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Foto del escritorguido Aguirre

10 consejos de autoevaluación para una mejor revisión del desempeño

La autoevaluación es fundamental para el éxito de una carrera a largo plazo. Te mostramos cómo examinar tu desempeño, determinar el progreso logrado y sentar las bases para mejorar las perspectivas de carrera.


Una autoevaluación, realizada correctamente, puede ser de ayuda para guiar a lo largo de los próximos cinco años o más de carrera, ya sea que eso signifique permanecer en una empresa actual o mudarse a una posición diferente, irse a otra empresa o tomar la decisión de abandonar la empresa.


La autoevaluación también puede ayudar a obtener más capacitación, poner un aumento o una bonificación sobre la mesa, ayudar a obtener un horario de trabajo más flexible para mejorar el equilibrio entre el trabajo y la vida y ver a un gerente como un aliado más.


La mayoría de las empresas, particularmente las más grandes, tienen algún tipo de proceso de revisión anual, y algunas lo hacen en incrementos de seis meses. Si tienen que pasar por esto, también podría hacer que funcione para el colaborador. Aquí mostramos cómo evaluar el desempeño, determinar cuánto progreso se ha logrado y sentar las bases para una carrera profesional mejorada.




1. Rastrear y mapear el progreso desde la última revisión


Es probable que tu jefe te haya dado objetivos específicos para este ciclo de revisión, y por supuesto los has cumplido o superado. ¿No es así? Estarás en mejor posición para hablar de los detalles si llevas un archivo de "logros" de algún tipo. En él deberías incluir tu progreso en esos objetivos, así como cualquier agradecimiento o elogio que hayas recibido de clientes, compañeros, otros directivos y cualquier otra persona de tu mundo laboral, por hacer más de lo que está en la descripción de tu trabajo. O por hacer lo que está ahí especialmente bien.


Si no tienes este registro, empieza a hacerlo cuanto antes y asegúrate de actualizarlo regularmente. (Pon la tarea en tu lista mensual de tareas pendientes para asegurarte de que lo recuerdas). Mira el correo electrónico, tu calendario de trabajo y cualquier otra cosa que te refresque la memoria sobre lo que hiciste y cómo fue.


2. Sé honesto


Si no has alcanzado tus objetivos, sé claro y sincero al respecto. ¿Qué ha fallado y qué te ayudará a mejorar en el futuro? Asume la responsabilidad de las cosas que puedes mejorar y pide ayuda para lo que no controlas directamente. Elabora un plan que tanto tú como tu jefe puedan aceptar, incluyendo los puntos de referencia que se utilizarán para medir tu progreso. Y establece un calendario de reuniones mensuales de 30 minutos (o menos) para asegurarte de que vas por buen camino y de que tu jefe está de acuerdo en que vas por buen camino.


3. Habla de todo tu ser


Hoy en día, muchas empresas son muy activas a la hora de ayudar a la comunidad en la que se encuentran. Asegúrate de mencionar el trabajo voluntario que has realizado y que puede contribuir a la misión de la empresa: participar en grupos de usuarios en tu tiempo libre o ayudar en una despensa local, etc. ¿Qué haces más allá de la descripción de tu trabajo?, ¿Participas en un grupo de trabajo o tienes un papel de liderazgo en una junta directiva sin ánimo de lucro?.




4. Se específico


Da ejemplos concretos de tus mayores logros. En lugar de limitarse a decir "ayudé a lanzar un nuevo software de CRM", describe lo que hiciste para que fuera un éxito. ¿Tuviste que aprender un nuevo lenguaje de programación, un marco de trabajo u otra herramienta para completar este proyecto? ¿Trabajaste horas extra para cumplir el plazo? ¿Ayudaste a formar a alguien para trabajar en ese (u otro) proyecto? ¿Has sido mentor de alguien, formal o informalmente?


Ten en cuenta también los logros cualitativos frente a los cuantitativos. No se trata sólo de una lista de control de lo que has hecho en los últimos seis meses o un año; se trata de cómo has enfocado y completado los proyectos.


5. Traduce tus logros a la jerga empresarial


Incluso si tu jefe es un compañero de la tecnología y sabe exactamente lo que tu trabajo significa para el panorama general, tu jefe (y la persona que también firma tu bonificación/subida) puede no ser capaz de establecer la conexión tan fácilmente. Así que haz lo posible por relacionar tu trabajo con lo que significa para la empresa, o para los clientes y tus compañeros de trabajo.


Si el software que has creado ha contribuido a mejorar la productividad de los empleados (permitiéndoles trabajar desde casa o hacerlo de forma más segura), dilo. ¿Tu empresa interactúa con los clientes de forma diferente hoy en día, y has desempeñado un papel en ello? Ten en cuenta que la visión de los profesionales de la informática ha cambiado mucho debido a la pandemia, y que la tecnología desempeña un papel importante en el impulso de los ingresos, la concepción de nuevos enfoques para los viejos problemas y la creación de nuevos productos.


6. Dedique tiempo a hacer esto bien


Los expertos dicen que hay que dedicar entre dos y tres horas a la autoevaluación. Por supuesto, tienes que asegurarte de que refleja tus progresos desde la última revisión, pero también quieres tener tiempo para pensar en lo que quieres conseguir, en cómo hacerlo y en si estás en el camino correcto.


Algunos podrían dividir este tiempo en incrementos de una hora: uno para documentar todos tus logros y el segundo para reflexionar sobre lo que quieres hacer en el futuro. Utiliza la tercera para asegurarte de que la autoevaluación dice lo que quieres.


Si estás contento donde estás por el momento, estupendo. Pero intenta pensar también en el futuro. ¿Eres un gurú de las redes que quiere trabajar en ciberseguridad? ¿O quieres cambiar, por ejemplo, a las áreas al rojo vivo de la IA o DevOps? ¿Qué te ayudará a conseguirlo: formación fuera de la empresa, tiempo de aprendizaje en el puesto de trabajo? ¿Cómo te asegurarás de que tu trabajo actual no se descuide mientras eso sucede? ¿Cómo beneficiará ese cambio a tu equipo o empresa?



7. Recuerda que tu y tu supervisor están del mismo lado


Quejarse del jefe es un ritual de trabajo consagrado, pero ten en cuenta que normalmente tu jefe quiere que tengas éxito. (Al menos, le hace quedar mejor ante los superiores que si fracasas). Durante el proceso, lo mejor es tratar a tu jefe como un compañero de trabajo y no como alguien que bloquea tu camino.


Este es tu momento para pedir lo que quieres, así que hazlo valer.Reflexiona sobre tu rendimiento anterior, identifica tus puntos fuertes y débiles, y fija tus objetivos profesionales futuros. Mantén conversaciones abiertas con tu jefe sobre estos temas y sobre a dónde quieres llegar. Después, trabajen juntos para construir un plan de acción que los lleve hasta allí".


8. Sé tú mismo


Olvida los sitios web que prometen palabras y frases para una "autoevaluación exitosa". Estos fragmentos suenan sobreutilizados y enlatados, porque lo son. Y realmente no los necesitas; simplemente utiliza el lenguaje que utilizas en tu conversación diaria. Dicho esto, no escribas nada en tu autoevaluación que no dirías en una conversación con tu jefe.


Si te pone nervioso cómo suena tu autoevaluación, pide a un amigo cercano o a un familiar que lea tu formulario y vea si refleja la persona que ellos conocen. (No obstante, cuando hayas terminado, un corrector ortográfico no es una mala idea).


9. Haz tu investigación


Aunque un aumento o una bonificación no formen parte de esta conversación, investiga y conoce tu valor en el mercado general. Comprueba los datos para ver cuál es tu posición en relación con otras personas con tu mismo cargo y en tu zona geográfica general. Para ello, puedes consultar el listado de puestos vacantes de tu empresa y las páginas web de las empresas de búsqueda de empleo.


10. Pide retroalimentación si no obtienes suficiente


No todos los directivos son buenos para dar feedback, y algunos son francamente pésimos. Si no recibes lo que necesitas, o si trabajas en una empresa que no tiene un proceso formal para ello -algunas pequeñas no lo tienen-, toma el asunto en tus manos. "Ármate de valor" para pedir esta conversación. A veces no es un buen momento -durante un gran proyecto, por ejemplo-, pero puedes dirigirte a tu jefe para preguntarle cuándo puedes tener esta conversación. Y asegúrate de hacer una autoevaluación; si tu empresa no proporciona el formulario, puedes encontrarlo fácilmente en la web o utilizar un formulario que hayas rellenado para una empresa anterior para guiarte.




Cómo pueden los directivos ayudar a que las autoevaluaciones sean más significativas


No todo depende del colaborador para que esto funcione; el directivo tiene que dedicar tiempo a hacer comentarios reflexivos que no sean de memoria. Si no lo hace, está diciendo a los empleados que no valora lo que aportan.


La queja más común acerca de las autoevaluaciones es que ocupan un tiempo que los tecnólogos preferirían aplicar a su trabajo diario. Sin embargo, creo que tiene un enorme valor tomarse el proceso en serio como equipo de liderazgo, y hacer que funcione lo mejor posible para los individuos del equipo. La reflexión interna puede ayudar a un miembro del personal de TI a reconocer, por ejemplo, que le encantaría colaborar con un equipo vecino o aprender una nueva habilidad.


Desde el punto de vista del liderazgo, estas autoevaluaciones pueden ayudar a descubrir éxitos/ganas que aún no se han celebrado y compartido dentro de la organización en general. Y cuando llega el momento de asignar recursos a un nuevo proyecto, saber que una persona está buscando estirarse y crecer puede marcar la diferencia a la hora de ofrecerle la oportunidad adecuada. Hay que convencer a los tecnólogos de que le den una oportunidad, y eso significa que hay que explicarles desde el principio el propósito, los objetivos que se persiguen con ello y, sobre todo, lo que les aporta.




Fuente: CIO



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